En clave de western
Pasa, sacúdete el polvo y siéntate. Echa un trago, al primero invita la casa. Y no te preocupes, olvida las armas, aquí la pólvora solo arde en las historias.

Sin palabras
La calle se extiende sobre un lecho óseo a uno y otro lado de un pueblo deformado por el calor. Endell niega chasqueando la lengua, argumentando

Colono
Desde el porche, observa el espacio de tierra que se extiende hasta el horizonte donde, como cada atardecer, el sol dispara su último destello. Recuerda cuando

Colonos
Primero luchamos contra los indios, para asegurar las tierras donde nos asentamos. Después evitamos al ejército, para no convertirnos en deudores de su ayuda. Finalmente, llegó

Forasteros
Gruñen los goznes de golpe y asoma un rostro cuadrado e iracundo, coronado por un sombrero domado en el camino. El silencio se adueña del saloon.
El croupier
Le encantaba el tacto de las cartas: ese deslizar sedoso y el baile alegre que describían al caer sobre el tapete. Sabía que, durante ese instante,

Horacio Espina
Notaba el peso de su navaja oculta entre las ropas. Caminaba cojitranco, con el baile cadavérico de quien hace tiempo que traspasó el último umbral. Le
Un alto en el camino
Hablaba con voz firme y la mirada confiada de quien se siente capaz. Repetía las historias, amartillando el tono y la pausa para afianzar el relato.
Reflejos
Acudía siempre al alba y pasaba allí sentado los últimos momentos de bruma, antes de que que saliera el sol. Le gustaba mirar al río, atento
Sendas
Caminaba junto al resto, pero no con ellos. Se maravillaba al verlos cuando se fusionaban con el bosque, pues lo conocían como la palma de su