En clave de western
Pasa, sacúdete el polvo y siéntate. Echa un trago, al primero invita la casa. Y no te preocupes, olvida las armas, aquí la pólvora solo arde en las historias.

Quincy’s mine
Dio dos golpes más, ya sin fuerzas, de pura rabia y con un crujido el mango se partió en dos. Echó los restos a un lado:

Knock knocking
Trabajé con un topógrafo, llevaba sus útiles y cuentas. Nunca me gustaron los números, pero sí los lugares que visitamos. Recuerdo los amaneceres de sol frío

Behemoth
Estaba en pie, a 4 o 5m del suelo, sobre la lona azul oscuro que tapaba aquella mole. Movía con la muñeca derecha su chistera mientras

La huida
Corrió en la tormenta bajo la lluvia, con el alma desbocada. Puso tanto empeño en su huida que disipó el temblor de la cara al pisar

Charlatanes
—¡¡¡Por favor, damas y caballeros, hagan sitio, no se amontonen!!! ¡¡¡Les prometo que habrá para todos!!! Apenas cuatro individuos esperan abajo. Mas al escuchar las palabras

El otro camino
Por aquel entonces aún se le conocía como Gus. Vio el duelo de los Tomney, estuvo cuando la banda de Rob Singer segó las vidas del

Wild West Show
La despedida del sol encarna el horizonte. Sobre el polvo de la única calle se recortan dos sombras grandes y alargadas; mas los rostros que las

Restauración
Los primeros rayos de sol desafían el frío de los últimos resquicios de invierno. Humea la taza de café recién hecho y el vaho, acompasado por

Derrumbes
La primera bala le besó el cuello: rápida, limpia… al rojo vivo. Se llevó la mano derecha instintivamente a la herida, mientras con la izquierda amartillaba