En clave de western
Pasa, sacúdete el polvo y siéntate. Echa un trago, al primero invita la casa. Y no te preocupes, olvida las armas, aquí la pólvora solo arde en las historias.
Ventura
La noticia corrió con la velocidad de un ponney express por los cauces adecuados, hasta que todos lo interesados sabían que en aquel cuchitril en medio
Púas
—¿Ves? Antes, miraras donde miraras, no había más que campo abierto. Podías ver al ganado pastar donde le pareciera. Buenos días de hierba alta y tierra
El gran abuelo
Estuvo aquí cuando llegaron nuestros padres con las carretas. Entre sus raíces correteamos y trepamos por sus ramas jugando en las horas de escuela. Estuvo cuando
El observador
Las ocho décadas le acompañaban bien. Notaba la tensión de las arrugas en los ojos, de afilar la vista para exprimir el mundo. Siempre en su
Pan comido
—¡Solo tenéis que acercaros! Seca y grave, resonaba el recuerdo de la voz del sheriff en su cabeza. —¡Está solo y gravemente herido; no le quedan
Cosas del doc
—¡¡¡Y eso es todo lo que tengo que decir!!! Se giró serio, severo, indignado. Con la chistera ligeramente ladeada, pero con estilo, como si no estuviera
Sosiego
Las ramas de arbusto rodante crepitan quietas en el fuego. Brota viva la llama, lame y azota con furia el metal, mientras gorgotean los adentros de
Partidas
Por último cargaron el baúl y lo apretaron con las correas que nunca se habían abrochado allá en casa, donde había pasado toda su existencia descansando
Concordias
—Guardo en la memoria el recuerdo de la primera vez que estuve por estas magníficas tierras. Hablaba a la vez que cargaba, ocultando hábilmente el temblar