En clave de western
Pasa, sacúdete el polvo y siéntate. Echa un trago, al primero invita la casa. Y no te preocupes, olvida las armas, aquí la pólvora solo arde en las historias.
Recompensas
—¿Y qué esperabas? Llevo siguiéndote mucho tiempo. —Pero hombre… La sonrisa no desaparece de su rostro, aunque las manos en alto y la mirada nerviosa rechazan
Áridos
Pensaba que no echaría de menos aquel lugar: el polvo seco, el cielo endemoniadamente azul y el espacio inabarcable bajo un sol abrasador. Mil demonios se
Agrestes
Tenían mejores armas, mejor equipo y animales; y un mundo entero por llegar que arrasaría con todo tarde o temprano. Así lo contaban los ancianos. Algunos
On the road
Crujido leñoso, albura clara y ese olor característico. Nadie podía hacerse a la idea de lo que suponía, hasta que sentía la ausencia del crepitar de
Hasta aquí
-¿Pero qué dices? Dispara en labio arrugado, boca seca y encía a la vista. -Que no tenemos otra… yo lo tengo claro, ¿y tú? Escupe la
Ventura
La noticia corrió con la velocidad de un ponney express por los cauces adecuados, hasta que todos lo interesados sabían que en aquel cuchitril en medio
Púas
—¿Ves? Antes, miraras donde miraras, no había más que campo abierto. Podías ver al ganado pastar donde le pareciera. Buenos días de hierba alta y tierra
El gran abuelo
Estuvo aquí cuando llegaron nuestros padres con las carretas. Entre sus raíces correteamos y trepamos por sus ramas jugando en las horas de escuela. Estuvo cuando
El observador
Las ocho décadas le acompañaban bien. Notaba la tensión de las arrugas en los ojos, de afilar la vista para exprimir el mundo. Siempre en su