En clave de western
Pasa, sacúdete el polvo y siéntate. Echa un trago, al primero invita la casa. Y no te preocupes, olvida las armas, aquí la pólvora solo arde en las historias.

La búsqueda
Pensó en darse la vuelta. El miedo calaba hasta los huesos, pero la misma fuerza que lo apartaba, lo devolvía al camino; solo unos pasos más,

Fronteras
Mete los pies y nota el frío discurrir entre los dedos. A uno y otro lado se extiende el río vivo, ondeando entre las piedras. Hunde

El Descanso
Se marchó a la civilización con un sueño. Buen jugador y negociante, consiguió reunir bastante dinero en poco tiempo y construyó un magnífico local de juego

Arribada
Veia las puntas de sus botas hiriendo el polvo amarillento. Ahorraba el resuello con la codicia de quien no sabe cuándo llegará el descanso. El sol

Pérdidas
Se lamentó cuando perdió el caballo. Se echó las manos a la cabeza al ver la cuerda rota atada al árbol y la sombra de un

El vigía
Llevaba días en aquella minúscula torre; curtiéndose, decía el capitán: nunca mejor dicho a juzgar por el viento seco y el sol implacable. Abandonaba su puesto

Por los pelos
Cabalgan como si no hubiera mañana. El viento en la cara, cortado por el ala rígida del sombrero; piernas en tensión, levantando el cuerpo, utilizando los

Ánimo
Los pañuelos forman parte del cuerpo; la capa de polvo cubre por igual pelo, cara y el trozo de tela de color enterrado. Adelante, las reses

Avituallamiento
Balancea una y otra vez el metal y en su caída parte la madera por la mitad, suspendiendo el aroma a albura desnuda y resina en