Jordi contreraS

Evoco contextoS

Mordecai Fitchen

Mandó tres salvas de solemne despedida y con la última hizo el muerto.

El reverendo Fitchen era así, ceremonial para todo.

Sabía sacralizar la muerte. Invocaba la palabra y con ella consagraba el tiro.

Nunca supe qué fe profesaba; tan solo que le interesaban las almas, torturarlas y, sobretodo, cosecharlas.

Ahora que caigo, con aquel sombrero oscuro, el rostro cortante y la mirada profunda e insondable… bien podría venir de abajo…. de bien abajo.

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