En clave de western
Pasa, sacúdete el polvo y siéntate. Echa un trago, al primero invita la casa. Y no te preocupes, olvida las armas, aquí la pólvora solo arde en las historias.
De golpe
Desenfundó con el resorte frío e instintivo de siempre, llevó el pulgar al “clic” limpio y metálico y apretó el índice hasta liberar la bala directa
Tierras
Era el mismo sol que lo vio nacer hará ya tres décadas, puede que más: seco, implacable y abrasador. Bajo él, varias terrazas robadas a la
¡¡Donde reside el paraíso!!
Así rezaban todas las publicaciones: fotos, historias, diarios cuidadosamente publicados… todo cuanto llegaba parecía dejarlo claro: en el oeste estaba el cielo, las tierras fértiles y
The end of the trail
Se detuvo en pie, frente al mar de hierba que el viento ondeaba. Horizonte recto que voces de otro tiempo cantaron. Lanzó el bombín a lo
Sed
—Pasa amigo! Acércate, te veo perdido. El tipo caminaba con la vista disparando a los pies, esforzándose solo de vez en cuando en alzar la vista
Nuevas armas
Siseaba incandescente y, entre el humeante olor a tabaco, se intuían las arrugas marcadas de rostro ancho repeinado, labios exiguos y ojos omnipresentes. —Descubre algo reprobable.
Otras postas
Atusó bigotes entre pulgar e índice, mientras un par de ojos saltones asaltaban aquel lugar. —Abandone, sheriff. No hay nada más que decir; nada que hacer.
Tierras
Podríamos haber dado media vuelta a la primera. Podríamos haber ido a otro lugar. Podríamos haber abandonado a la segunda o la tercera. Pero seguimos. Porque
Sendas
Unos llegan al este, buscando una vida. Otros excavan al oeste, para comprarse otra. Y hay quien sale del camino, hacia lo natural y salvaje, donde