En clave de western
Pasa, sacúdete el polvo y siéntate. Echa un trago, al primero invita la casa. Y no te preocupes, olvida las armas, aquí la pólvora solo arde en las historias.
El trigal
Le gustaba jugar entre el trigo, observar a uno y otro lado el mar dorado y, tumbado boca arriba, mirar hacia el cielo abierto, azul y
Puntales
Era lo que hacía falta en Yellowpike. Lo único que podía hacer de aquel infierno poblado de bandidos, un lugar decente. Alguien que supiera qué decir.
Perdidos
Llenó los dos cartuchos y se encontró tan extraño como si se hubiera puesto al mando de una locomotora. Al cerrar la escopeta el clac le

Caídas
¡Pues claro que duele!, ¡maldita sea! Sobretodo si vuelves a levantarte. Y dolerá con cada caída, más adelante; pero será un dolor distinto: un compañero, un

Glacier
Entró como si no hubiera nadie. Caminaba entre las mesas a paso calmado; ausente, como si estuviera a millas de distancia de cualquier ser vivo. Su

Protección
Eran pocos, solo 4. Podrían haber pasado de largo, haber continuado hasta otro lugar… pero buscaban. Las calles estaban desiertas, ventanas y balcones cerrados y todo

De golpe
Desenfundó con el resorte frío e instintivo de siempre, llevó el pulgar al “clic” limpio y metálico y apretó el índice hasta liberar la bala directa

Tierras
Era el mismo sol que lo vio nacer hará ya tres décadas, puede que más: seco, implacable y abrasador. Bajo él, varias terrazas robadas a la

¡¡Donde reside el paraíso!!
Así rezaban todas las publicaciones: fotos, historias, diarios cuidadosamente publicados… todo cuanto llegaba parecía dejarlo claro: en el oeste estaba el cielo, las tierras fértiles y