Jordi contreraS

Evoco contextoS

Conexiones

De vez en cuando te llevas el regalo electrizante de una conexión. Se trata de uno de esos instantes en que algo que te gusta se vincula con ese otro algo que también te apasiona. Esa línea transversal, ese crossover, ese chispazo, hace que valores más aún aquello que ya te interesaba y que lo visualices con una o varias nuevas perspectivas: como esa posibilidad infinita que gira en torno a unas cuerdas que jamás llegaré a comprender. Pero ahí está, y el caso es que ofrece otro punto de vista, otra dimensión a lo que ya dabas por conocido… ¿que a lo mejor es cosa tuya? Quizás, pero, a fin de cuentas, ¿qué más da?

Hace tiempo encontré uno de esos puntos de conexión con ese Mouse Guard en el que voy recorriendo camino y que nunca deja de sorprenderme. En este caso que te cuento, me llevé el alegrón al encontrarme a Terry Jones (de los Monty Python) en el prólogo del cómic Hacha Negra. Al principio me sorprendió verlo por esos lares; luego, recordando el escarceo medieval de él y los suyos, junto a su participación como guionista en Dentro del Laberinto, cobró sentido. Más tarde, alguna que otra imagen de David Petersen (el creador de todo este mundo ratonil) acabó de darle forma al asunto.

Pues bien, este verano pasado, leyendo en medio del monte a Thoreau, un autor que siempre me acompaña, encontré otra de esas conexiones que, si bien no era tan manifiesta, fue para mí evocadora. Ya que, al abordar una de las páginas de “El largo invierno”, encontré lo siguiente:

“Río arriba, hasta la laguna de Fairhaven. Allí donde los juncos crecen exhuberantes y no se han cortado, como en la orilla del río y los prados, qué magníficos escondrijos para ratones se forman en esta estación. Adoptan forma de arco y la nieve descansa sobretodo en extremos, mientras que la parte central se eleva de seis pulgadas a un pie, y crea una tupida techumbre, podría decirse, incluso cuando todo está cubierto de nieve, bajo la cual los ratones pueden correr libremente, a salvo del viento y los zorros.”

Si la conexión con el miembro de los Monty Python era de esencia histórica, aquí nacía de esa experiencia inmersiva en la naturaleza… No pude sino darle un par de vueltas y rascar metal sobre papel.

En el juego de rol Mouse Guard, en el capítulo destinado a los Territorios, aparecen los pasos a seguir para crear un asentamiento. Sin pensarlo dos veces empecé pergeñar un lugar, construido con ese buen sabor de boca que me dejó el texto.

FAIRHAVEN

Fairhaven es un asentamiento lacustre de la zona noroeste de Los Territorios Ratón.

Durante gran parte del año, los juncos que erizan el lugar, crecen enhiestos y la población vive resguardada en edificios de piedra construidos al aire libre, ocultos por el abrigo de las plantas. Pero al llegar el invierno, el espacio se transforma y ofrece protección y cobijo a todo aquel que lo necesite. Al llegar los fríos, los juncos “adoptan forma de arco y la nieve descansa sobretodo en extremos, mientras que la parte central se eleva de seis pulgadas a un pie, y crea una tupida techumbre, podría decirse, incluso cuando todo está cubierto de nieve, bajo la cual los ratones pueden correr libremente, a salvo del viento y los zorros.”.

Recursos

Dada la estratégica ubicación en la que se encuentra, Fairhaven ofrece cobijo, especialmente en los fríos meses de invierno, a todo ratón que pase por allí. A cambio, los ratones suelen aportar productos de los más variados e incluso ayudar en las diferentes tareas de mantenimiento y reparación. Pasar unos días en Fairhaven, supone estar junto a otros con el único objetivo de echarse una mano, descansar y, siempre que es necesario, trabajar codo con codo.

Gobierno

Fairhaven está gobernado por un Consejo de 5 miembros: tres ciudadanos que van rotando entre los habitantes del lugar, uno de los visitantes y un Guardián que esté por la zona. Ellos toman las decisiones y gestionan el espacio ofrecido en invierno.

Defensa y relación con la Guardia

Fairhaven es un lugar conocido y apreciado por la Guardia y los Salvajes debido a su carácter hospitalario y plural; así que, además de tener su propia población y visitantes para defenderse, cuenta con la protección de la Guardia.

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