Se trata de una planta de la familia de las euforbiáceas de tallos erectos, entre rojizos y rosados, con cicatrices donde hubo hojas, ya caídas.
Crece en el sur de Europa y Turquía, entre matorrales degradados y terrenos baldíos hasta alcanzar los 50cm de altura.
Sus hojas son patentes, de 3 a 6cm, obovadas, coriáceas, semiplegadas longitudinalmente y acabadas en punta, sin espina. Crecen en rosetas en torno al tallo, aproximadamente del tercio a la mitad superior.
De mayo a agosto brotan sus inflorescencias en la parte terminal, con más de 5 radios y varios radios axilares. Cada plataforma presenta glándulas amarillas con cuernos cortos anchos e irregulares.
Sus frutos crecen en forma de cápsula cónica, ligeramente surcada, lisa y gabra, ligeramente vilosa. Presenta unas semillas de forma ovalada blanquecinas o grisáceas.
El término Euphorbia proviene del médico griego del rey Juba II de Mauritania: Euphorbus.
El epíteto latino nicaeensis proviene de Nicaea, de la localidad francesa de Niza.
La lechetrezna de monte o lleterela nicenca, como todas las lechetreznas, supura una especie de látex al seccionar su tallo que tiene cierto efecto urticante en ojos y partes delicadas.
Como ocurre con gran cantidad de plantas mediterráneas, es una planta de frontera, en ese equilibrio de la semiaridez, que crece donde otras no pueden, a la vez que aprovechan y mantienen el agua cuando llega de forma irregular.