Tiburcio es uno de los vejetes de la residencia “La segunda juventud” (ahora conocida como Cocún): un idílico bloque de cemento en medio de uno de los polígonos industriales de Barnacity.
Tiburcio era feliz con sus compis, su zumo y su tazón de café con leche y galletas, pero cuando el Papa Alejo se hizo con el poder prohibió las pelis de vaqueros (solo por eso ya habría que haberlo colgao), el cine de cuando el blanco y negro solo era un bocata, el dominó, la brisca y los torneos interhabitacionales de petanca, entre otras muchas cosas chulas. A partir de entonces, en la resi solo se podía jugar a backgammon (porque nadie sabe cómo va eso) y asistir a lecturas en voz en alta de novelas de Phillips K Dick (momento genial para echar una siestecilla, menos el pobre pringao que le toca leer).
A partir de entonces, todo el mundo se pasaba el día con la boca abierta hacia el techo y los ojos cerrados (mu tranquilito y mu muermo), menos Tiburcio que era un alma imaginativa y se le ocurrió, para pasar el rato, ponerse a la salida de la cola de las pastillas y recoger las que sus compis guardaban bajo la lengua para probarlas todas juntas.
Aquellos días han quedado en su memoria como un cuadro de acuarelas metido en la bañera. Solo queda como hito en la resi el día que, tras la negativa por parte de la dirección de repetir manzana, se subió a la mesa del comedor con unos gallumbos en la cabeza y, al grito de libertad, animó a sus compañeros a quemar las dentaduras y chupar todas las piezas de fruta de la despensa.
Después de eso, habiendo conseguido dos manzanas por abuelo, cambió su modus operandi. A partir de entonces, se dedicó a aumentar su alijo de pastillas y comenzó a probarlas de forma ordenada: por formas, colores, sabores, las que se pegan en el paladar… y apuntaba los telendengues que le iban dando en una libretita de gusanillo “Jenri” que siempre llevaba encima. Así consiguió lo que ningún médico había logrado hasta entonces: saber qué efecto tienen las pastillitas de marras cuando mezclas unas con otras, teniendo en cuenta que el listado de medicamento por abuelete es más largo que las tablas del Rolemaster.
El caso es que (como no había nada que hacer) tan concienzudo fue el trabajo de Tiburcio que ni un megapro de la alquimia en Skyrim y no tardó en llamar la atención de La Resistencia.
Por aquel tiempo el comando “Veterans Rules” comenzó a descubrir el potencial de los agüelos y empezó a visitar residencias, centros de día, parques con patos y obras de la zona.
Cuando contactaron con Tiburcio este ya tenía unos cuantos potajes de pastillas con los resultados y efectos secundarios detallados. No tardó en ser conocido en el mundillo como “Panoramix”. Hoy en día, cualquier equipo de La Resistencia puede contactar con él acudiendo a la residencia Cocún y dando el santo y seña “Que vienen los romanos”.
HOJA DE PERSONAJE
Nombre: Tiburcio González Boticario, alias “Panoramix”.
Características: Hostias 2, Tiros 1, Músculos 2, Reflejos 2, Neuronas 4, Percepción 2, Agallas 4, Carisma 3.
Arquetipo: cerebrito
Pupas: 20
Potra: 9
Parada: 8
Pasta: 2000md
Habilidades: defensa 1, Atletismo 1, Culturilla (pócimas) 4, Idiomas (medicamentos) 3, Investigar 2, Atletismo 1, Cabriolas 1, Alerta 1, Sigilo 3, Comecocos 3, Talento (cocinar en marmita) 3.
Coñas y taras:
-Pociones “majicas”: los potajes de pastillas que monta Tiburcio tienen un efecto temporal que puede ir desde curar las Pupas a subir una puntuación, pasando por tener un brazo extra, dar un superpoder o el color de piel más raro nunca visto. El efecto en concreto y los efectos secundarios dependen del tratamiento de los compis de Tiburcio o lo que el comando en cuestión pueda conseguir. Pero de verdad de la buena, es cosa del Animador (esto es Fanhunter y aquí se pasa la pelota al Máster o Evocador de forma descarada).
-Paranoia: su temporada de experimentación ha dejado un buqué especial en Tiburcio y un retrogusto de pa qué. Según el bueno de Tiburcio La Resistencia es en realidad un cuerpo alienígena que ha venido para salvar a la Tierra del Papa Alejo y su rollo muermo. Como es majete y no hace mal a nadie, La Resistencia le sigue el rollo y van de ese palo cuando contactan con él.