Mordecai Fitchen

Mandó tres salvas de solemne despedida y con la última hizo el muerto. El reverendo Fitchen era así, ceremonial para todo. Sabía sacralizar la muerte. Invocaba la palabra y con ella consagraba el tiro. Nunca supe qué fe profesaba; tan solo que le interesaban las almas, torturarlas y, sobretodo, cosecharlas. Ahora que caigo, con aquel […]