Jordi contreraS

Evoco contextoS

La ley de Lynch

Pues qué quieres que te diga, hijo. Son cuatro maderas, sí; a menudo claveteadas con prisa. Pero convocan más adeptos que las iglesias, los saloones, las casas de juego o los burdeles. Al son de martillo sobre clavo la gente se convierte y, conforme se erige la estructura, cambian rostros y figuras, muerden fuerte los […]

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