A ras de suelo, entre romeros, aliagas, tomillos y yesqueras, se alzan insinuantes sobre verde amarillento los pequeños insectos pardos vegetales de la Ophrys fusca.
La abellera fosca o abejera oscura es una de las orquídeas silvestres que crecen por estas tierras en zonas abiertas, entre garroferas y matorrales.
Se trata de una planta herbácea perenne de la familia orchidaceae exclusiva de la Península Ibérica. Surge de dos tubérculos encargados de almacenar los nutrientes. De ahí crecen los tallos, hasta 30cm, erectos sin ramificaciones, curvados en su parte terminal.
Las hojas basales, presentadas en roseta, son ovado-lanceoladas y de un característico tono verde amarillento. Las hojas caulinares (presentes en el tallo) son escasas y envuelven el tallo.
De febrero a mayo surgen sus flores en inflorescencias arracimadas, en grupos de hasta 6 ejemplares. Son pequeñas, con los pétalos más estrechos y cortos que los sépalos, con el labelo trilobulado hacia el extremo, piloso, de color pardo oscuro con tonos purpúreos y, ocasionalmente, una franja amarilla.
Su reproducción depende de himenópteros del género Andrena, objetivo que cumple a la perfección gracias a la peculiar forma de sus flores, similar al abdomen de las abejas, como bien reflejja su nombre común.
El fruto es una cápsula de hasta 2,5mm con numerosas semillas que se desarrollan tras ser infectadas por hongos micorrícicos.
El término Ophrys (ceja) hace referencia a la pilosidad del labelo. Mientras que el epíteto fusca proviene del latín fuscus (oscuro) por la coloración de sus flores.
Todas las orquídeas salvajes son plantas curiosas que muestran a la perfección la llegada de la primavera en estas tierras. un vistoso punto de color generado a pesar de los periodos de sequía. Las condiciones tan específicas de su reproducción deberían ser motivo más que suficiente para limitarse a verlas donde están y dejarlas estar, a fin de asegurar su presencia en la siguiente temporada.
