Jordi contreraS

Evoco contextoS

Neófitos

Empezar con un grupo de jugadores no iniciados puede ser un caos, al principio. Puede que les cueste saber dónde están y de qué va la cosa, qué pueden hacer y cómo actuar de acuerdo a sus personajes, al principio.

En inicio puede ser tan impredecible como adorar a Yog-Sothoth con un grupo cinturón negro de yoga que cambió de actividad a causa de la Era de las Mascarillas… 

Y al principio lo es. Parece que la cosa no arranca, que los jugadores se quedan anclados entre preguntas y dudas y apenas se hace otra cosa que hablar, porque, sencillamente, aún no se ha visto el camino.

Pero en esto, como en las cosas importantes de la vida, no hay prisa. En estos menesteres el movimiento es lento pero continuo y cada paso dado, un avance.

Llega un momento, entre las 2001 preguntas acerca de puntos, características, dados, reglas y de quién es tal o cual silla, que brota un “pues yo iré a tal sitio”, “mi personaje te puede construir eso” o “si llegamos al río, dejadme a mí”. Ahí empieza: algún “cable pelao” ha hecho contacto y las reglas, los puntos a repartir y demás zarandajas se posan en la ficha, dejando sitio a lo que de verdad importa. Es en ese momento cuando los jugadores, involuntariamente, caminan hacia la tormenta con una barrita de cobre en la mano de sus personajes… solo un paso más y cobrarán vida. Es cosa tuya, querido Evocador, que el rayo que les “endiñe” sea bueno.

Ya en el ajo, habrá más preguntas, más dudas y algún que otro desmadre; pero una vez dentro de Verno, la diferencia con los grupos más experimentados, en cuanto a inmersión, apenas existe; incluso, si me apuras, estos pioneros tomarán casi exclusivamente la senda de la historia, desconocedores como son de los trucos y estrategias de reglas y sistemas.

Así que cuando empieces con un grupo que no ha jugado nunca a esto del rol, que no te asuste la marea de dudas, las preguntas repetitivas y las 9000 voces invocándote al unísono para esa última cuestión extremadamente urgente…

Cuando estés ahí, con la lucecita roja apuntándote, recuerda que todo pasa y que lo contestado mejorará el arraigo de la partida. Justo cuando pienses que así nunca va a arrancar, será cuando todo comience. Y antes de que te cortes las venas con un brick de leche roto: habrá empezado la partida.

Querido Evocador, cuando empieces con los que nunca empezaron, invoca la calma en inicio y disfruta de la partida.

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