Cuando se recogen los dados, cuando se guardan las fichas, cuando se cuelgan las capas y apagamos los últimos rescoldos de esa hoguera de historias que erigimos sobre la mesa: es el momento de sentarnos y valorar el cómo de esto que es jugar.
Al terminar cada sesión de Mouse Guard existe una última fase que, con el nombre de “Recompensas”, suena bastante “dungeonera”. En realidad, la cesión de esos puntos o recompensas no es el único objetivo, ya que la dinámica engloba una discusión en grupo donde puede haber argumento, contraargumento y, siempre, búsqueda de acuerdo.
Existen unos puntos extra, de Carácter y Destino, que puede esgrimir un Guardián cuando todo pinta mal y así aumentar la sacrosanta probabilidad, sumando dados o repitiendo los seises sacados. Estos puntos se otorgan por haber jugado de acuerdo a la creencia (filosofía de vida) del Guardián, conseguir el objetivo, jugar interpretando su instinto, jugar en contra de sus propios intereses la creencia del Guardián (por motivos justificados), ser el jugador más relevante, aquel que ha “tirado del carro” en la sesión o por haber hecho una brillante interpretación.
Cada jugador que considere a su Guardián merecedor de alguno de esos puntos, debe argumentarlo en mesa, recordando los momentos de juego relevantes, de forma que todos escuchen y tengan la información necesaria para votar. Si hay acuerdo, los puntos pasan a la ficha de personaje, engrosando la panoplia de armas disponibles para forzar un poco el azar.
Es una dinámica que se realiza al finalizar cada sesión, durante toda la campaña. Es sencilla y, como tal, puede ser muy rápida o más detallada, dependiendo de lo que haya que contar. Y es este uso continuado el que hace que los jugadores se conozcan un poco más, se refuercen y/o varíen los papeles de los Guardianes y se generen recuerdos grupales de esos que después se cuentan entre risas con una sonrisa en la cara o una mano en la frente.
Así que cuando apagues la hoguera, querid@ Evocador/a, no olvides reservar un poco de tiempo para que tus jugadores narren sus triunfos y desastres, escuchéis los de otros y valoréis qué tal ha ido la jornada. De forma que al volver a coger los dados, regresen de nuevo las ganas y conozcamos a quienes tenemos al lado un poco más. Al fin y al cabo, es entre el grupo entre quienes se han de apoyar.
Nos vemos en el camino.