Cada vez que alguien forja por primera vez un personaje de Mouse Guard, sale el asunto de explicar qué es un Guardián y qué la Guardia. Lo primero aun tira que te va, pero lo segundo complica la cosa. Y es que se trata de uno de esos conceptos que puede llevar de una idea a otra, llegando a adoptar diferentes formas en cada mesa de juego.
A ver, en base la Guardia surge de la necesidad de protección de los territorios de los ratones y sus semejantes. Pero esta definición abarca tanto que solemos acudir a algún ejemplo.
La Guardia de los ratones viene a ser como una orden de caballería o como una orden militar medieval, solo que, aunque es cierto que funciona con un código diferente al del resto de la sociedad, sus miembros no van a caballo, no tienen la rigidez militar ni siguen ningún credo religioso… osea que empezamos, pero no acabamos.
Para definirlo un poco más hay que acudir a la autonomía. Y es que los Guardianes, más cercanos a los caballeros de la mesa redonda, muestran entre sus cualidades la independencia y autonomía.
Así que para que la gente se haga una idea, suele ofrecerse la imagen de los jedis (sin “poderes”), basados a su vez en los caballeros medievales, que actúan las más de las veces por su cuenta. Y de ahí pasamos a los montaraces del Señor de los anillos que, como Trancos, caminan entre los bosques con sus capas.
Al final, la Guardia es un poco de todos y a la vez de ninguno. Porque a todo esto hay que añadir lo que significa pertenecer a una especie diminuta, acostumbrada a ser presa y que, pese a ello, se planta frente al mundo para asegurar su supervivencia y la del resto.
Al dirigir Mouse Guard, habría que recordar que los Guardianes los son por vocación, sin pactos ni pagos que puedan alterar su conducta o decisión. Que caminan por el mundo sabiendo a lo que se exponen y cómo moverse por él sin temer continuamente. Que todo cuanto rodea es un peligro en potencia, pero también una maravilla.
Al ofrecer un trago del jugo de juego habría que recordar que exponerse puede ser sinónimo de triunfo, que el error también lleva al éxito, que el camino es reto, mentor y aventura, y que todo aquel con el que nos topamos en él, merece nuestra ayuda.
Asi que, querido Evocador, cuando muevas al personal de la Guardia, recuerda que están porque quieren, sin importar lo que cueste y que por eso mismo perseveran.