Jordi contreraS

Evoco contextoS

Jugo de juego

Puedes jugar a rol con casi cualquier cosa. Y se puede coger cualquier juego y echar el tipo de partidas que más te guste; todo es cuestión de adaptarlo y dar a conocer las nuevas pautas a los jugadores.

Pero es cierto que cada manual tiene ese toque especial que lo diferencia del resto, no es tanto la temática sino ese tono que se encuentra en los buenos juegos de principio a fin: portada, ambientación, sistema, ejemplos, ilustraciones, hoja de personaje, ideas para partidas… ese punto es la apuesta del autor: el jugo del juego.

El jugo es la verdadera respuesta a la pregunta «¿de qué va?».

El jugo de La Llamada de Cthulhu es llevar a un humano quebradizo en el terrorífico mundo de los primigenios de Lovecraft. No importa tanto que esté ambientado en los años 20; de hecho hay versiones en época victoriana, del presente y del futuro. Eso que resiste a cualquier cambio, lo inmutable, es el jugo.

De temática medieval siempre ha habido y habrá juegos; a fin de cuentas por ahí empezó la cosa. Pero no es lo mismo jugar en el mundo histórico-demoníaco de la España medieval de Aquelarre que en la fantasía heroica del Dungeons & Dragons. Uno es sucio, duro y sigue un camino similar al del Cthulhu, y el otro va de gestas heroicas que se elevan a cotas legendarias. Mientras que en el primero el gran héroe puede morir de un resfriado; en el segundo, un tipo que a duras penas podía enfrentarse contra un duendecillo enclenque, bien puede acabar partiéndole el cráneo a un gigante con una mano atada a la espalda.

Entre medias de esto tenemos juegos más centrados en un aspecto de la temática tales como las gestas de caballeros, más «realistas» y magníficamente ambientadas, de Pendragón. O los ratones de la Guardia de Mouse Guard, que consiguen reducir la escala y trasladar allí lo épico de una forma asombrosa, ensalzar el trabajo en equipo y aprovechar todo cuanto es y ofrece el personaje.

Algunos de estos jugos vienen de las historias en las que se basan y estas los influencian o determinan, sean las novelas de Lovecraft, los comics de Mouse Guard, El Señor de los Anillos, Star Wars, Star Trek o la locura made in Terry Pratchet de Mundodisco, entre otros muchos.

Si hablamos de western, ocurre exactamente igual. Tenemos un Far West, juego sencillo y bastante mortal, donde poder ambientar cualquier película, cómic o novela del género casi sin problemas (ahora está en marcha la segunda edición aunque no sé qué tal es). Y está el Aces&Eights, un juego simulacionista que recrea magníficamente la vida en el oeste americano del s.XIX y en el que prima el desarrollo profesional de los personajes, de forma que comienzas rebuscando pepitas en el lecho de un río y acabas con tu propia compañía minera. Más allá tenemos el Deadlands que utiliza lo sobrenatural como primer motor del juego. Y estos días circulaba gratis por la red (para echar partidas ahora que andamos por casa) el Dark West, un sencillo juego en el que se interpreta a los miembros de un clan familiar intentando sobrevivir a una especie de apocalipsis zombie en la norteamérica del s.XIX.

Mundo de tinieblas arrancó un universo propio donde Vampiros, Hombres lobo y un puñado más de seres sobrenaturales son los protagonistas y se genera todo un jugo de juego en base a su forma de actuar y al tipo de sociedades que generan.

Ejemplos sueltos salen por todos lados como los clones de un Paranoia, donde, en clave de humor, nada ni nadie es de fiar y siempre hay que estar a buenas con el todopoderoso Ordenador; El oscuro y delirante Kult que trae de los dados al mundo de Clive Barker o el Nephilim donde es el ocultismo y la búsqueda del saber lo que se destila de cada una de sus páginas. Y por ahí anda también el Fanhunter, la gamberrada de Cels Piñol hecha dados, donde tiene cabida todo mientras sea marcadamente friki y te eches unas risas.

Hay muchos y muchos más que quedan por nombrar. Al final de la partida, el tema es que al ir a pillar un juego de rol es el jugo lo que manda, y está ahí. Aunque cueste un poco más verlo, vale la pena hojearlo, mirarle las tripas y, si es posible, echarle unos dados al menos un par de veces para ver si ese es el sabor que quieres, si te sientes a gusto creando historias y, en definitiva, si va contigo. De ser así, ese será sin duda tu juego predilecto y las partidas que crees, traerán muy buenos momentos.

Recuerdo, hace ya muchos años, en unas jornadas, un chavalín haciéndonos una partida al Zombies all the flesk must be eaten, que lo llevaba en la sangre el tío. Hace mucho y aún me acuerdo… lo mismo lo pillaron para los primeros capítulos de The Walking Dead.

Cuando hagas tu elección, avísame, pillo dados y me apunto. Sea el juego que sea; no hay como un Dj siguiendo su jugo.

Un saludo y feliz juego.

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