Jordi contreraS

Evoco contextoS

Coronilla juncea, coronilla, coroneta.

Alzadas sobre tallos enhiestos de un verde claro, se encuentran  los aros dorados de la coronilla o coroneta.

Arbusto de color verde claro con tallos estriados, erectos, fistulosos y de entrenudos muy largos, que nacen agrupados en la base y se ramifican tal y como se alejan del suelo.

Crece en coscojares aclarados y entre matorrales junto a romero y tomillos sobre suelos soleados.

Sus hojas, escasas, alcanzan de 1 a 3mm de anchura, más de 3 veces más largas que anchas y son imparapinnadas (compuestas, alternas), con 2 o 3 pares de foliolos espátulo-lineares.

Entre febrero y junio genera sus características inflorescencias pedunculadas donde grupos de entre 6 y 10 flores papilionadas (forma que recuerda a una mariposa), hermafroditas,  de menos de 1 cm y cáliz bilabiado con el labio superior más largo y el inferior dentado, se agrupan en umbelos axilares largos y pedunculares, en una característica forma que recuerda a la corona que le da nombre.

Fructifica en forma de legumbre ligeramente arqueada, dividida en de 2 a 11 segmentos.

El término latino Coronilla hace referencia a la forma de corona de sus inflorescencias. Mientras que el epíteto juncea se refiere a la forma de junco que tiene la planta cuando, con la llegada del calor, pierden las hojas y quedan tan solo los tallos.

Su principal uso es el ornamental. Además presenta propiedades cardiotónicas, aunque puede resultar tóxica por lo que su consumo sin conocimiento no se recomienda. No obstante, el gran beneficio de la planta es para con el suelo que la acoge, ya que sus raíces fijan el nitrógeno que fertiliza la tierra en la que arraigan.

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