A veces pasa que se viene encima una partida y no hay idea que llevar a la mesa.
Todo lo que se te ocurre ya ha pasado o recuerda a algo ya jugado. Puede parecer que no queda sino cambiar de juego.
El cambio de juego viene bien para probar otra forma de hacer las cosas; pero en cuanto a la partida estancada, las ideas pueden fluir de nuevo. pese a seguir en lo mismo.
Quizás sea porque el western es uno de mis géneros favoritos, sino el primero, pero creo firmemente que no es tanto lo que cuentas, sino el cómo. Porque al final, los temas que mejor funcionan los llevamos dentro. Son las pasiones, sueños e inquietudes humanas las que mueven fichas, personajes y jugadores. Esas pasiones que podemos recorrer desde las primeras historias, hasta nuestros días, desde las tragedias grecolatinas, los cuentos mitológicos de otras naciones, Shakespeare, Cervantes, Verne, Tolkien o Ford, por poner unos ejemplos entre muchos, hasta las historias que nos contamos una y otra vez porque nos mueven.
Se trata de temas que revivimos continuamente, porque nos hacen funcionar. Porque tanto nos atrae la figura del colono que se niega a abandonar su tierra frente al avance del ferrocarril, la del indio que quiere recuperarla o el vértigo del explorador frente a lo desconocido. Son situaciones, posiciones, formas de afrontar la vida que nos gusta ver una y otra vez, porque no importa que se trate de lo mismo, importa revivirlo y, a ser posible, hacerlo desde diferentes perspectivas.
Asi que si se te vacía el tintero y llega el momento de jugar, acude a esas historias que llevamos evocando desde prácticamente el inicio de los tiempos y pásala por el tamiz del jugo del juego. Haz personajes interesantes y que el entorno hable. Coloca a los personajes en esas situaciones: ante la decisión de Héctor, da igual si ante la falta de ayuda contra 3 peligrosos pistoleros, o ponles ante la tesitura de tener que acabar con un Shylock que muestra su humanidad, simplemente a ver qué hacen.
Llévalos a una lucha loca y fútil por la justicia o quizás ante la posibilidad de engañar a la muerte, por un módico precio.
Háblales de romper cadenas, de libertad, de vivir cómo y quién quieran o de surcar los mares/espacio sideral tomando lo que le dé la gana con la amenaza de la muerte en los talones.
Que esos temas remuevan los culos en los asientos. Que los apoyen o los resistan, pero siempre luchen, porque al final todo es historia y vivencia.
Buen tema y mejor partida.