El otro día hablamos del rol como un buen regalo. Pero…
¿cómo regalar rol?
Si no tenemos ni idea, lo mejor es preguntar al que sabe: sea en tiendas o blogs que atiendan al detalle con más tiempo y esfuerzo que este.
Si regalamos a alguien nuevo en el tema, un manual básico, un libro con el que se tiene todo lo necesario para empezar, y un juego de dados, suele dar en el blanco. Porque papel y lápiz ya tenemos todos en casa.
Si es para alguien que hace de Master o Evocador, enterarse del juego con el que suele construir historias nos da la opción de pillarle un módulo o expansión del mismo; o si es “quincallero”, pues figuras, tableros o vaya usted a saber el qué; opciones hay a miles.
A veces un juego nuevo es una buena elección para cambiar de aires, o para dar el paso (horizontal) de jugar a Evocar. Elegir el adecuado es tan fácil como saber el género de cine o literatura que más le gusta al objetivo; seguro que hay algo hecho con dados del estilo.
Un juego de dados puede ir desde un detalle sencillo hasta algo, en madera, metal o swarovskis con purpurina estelar, con lo que rascarse el bolsillo hasta las costuras.
Pero si nada de esto te cuadra o quizás pienses que para hacer un buen regalo no hace falta gastar dinero, crear ex-profeso un personaje u organizar una partida de acuerdo a los gustos de la persona siempre es un puntazo; igual que crear un mapa del territorio, algo referente al personaje o hacer una caja/bolsa para guardar esos dados que necesitan descansar después de rodar sobre la mesa.
Al final, el caso, como en cualquier presente, es acordarse del otro y tener en mente sus gustos. Afortunadamente, en una actividad tan imaginativa como esta del rol, las opciones son infinitas.
Así pues, buen regalo y mejores fiestas, Evocador.