—¡¡¡Por favor, damas y caballeros, hagan sitio, no se amontonen!!! ¡¡¡Les prometo que habrá para todos!!!
Apenas cuatro individuos esperan abajo. Mas al escuchar las palabras unos cuantos se acercan a curiosear.
—Antes de nada, gracias por venir. Todo lo que tengo para enseñarles es esto…
Baja teatralmente una tapa de madera y saca una botella de vidrio verde oscuro.
—Esto es todo: ni armas ni whisky ni objetos bonitos que decoren sus casas. Es lo único.
La gente se mira perpleja, observando la triste botella que mantiene aquel tipo entre sus manos, sin pintura, etiqueta o marca alguna.
—Se trata de un bebedizo sencillo cuya receta original, eso si, viene de Italia y tiene 800 años de antigüedad. Algo que simplemente acalla el malestar; un medio modesto de dar descanso al alma y fuerza al cuerpo para que combata la enfermedad.
No tengo más que ofrecerle porque si lo que querían era algo milagroso, no lo encontrarán por estas tierras. Mi experiencia dice que todos los griales encontrados por aqui, acaban en el este atrayendo todo el dinero que encuentran a su paso.
Esto que les enseño, lo que estoy sosteniendo entre mis manos, les aseguro que no hace milagros, damas y caballeros; simplemente funciona.