El verde amarillento y sus peculiares hojas hacen inconfundible a cualquier Euphorbia. La forma triangular, enfrentada y serrada de sus hojas superiores, como palmas abiertas, con un toque amarillo en medio, son características únicas de la Euphorbia serrata, higuera del infierno o lletrera de vinya.
Se trata de una planta herbácea anual, monoica, de la familia de las Euphorbiaceae que crece a partir de un rizoma grueso de unos 2cm de diámetro con un único tallo de entre 20 y 50cm de altura.
Crece a los bordes del camino y eriales, en suelos bien soleados, con poca humedad.
Su savia es un latex de color blanco, muy viscoso y tóxico que irrita la piel al entrar en contacto con ella.
Sus hojas, de tono glauco, son ovadas y serradas. Sus brácteas son anchamente triangulares, amarillentas, ambas con el margen aserrado-espinuloso, con dientes de hasta 1mm.
De marzo a junio genera sus flores hermafroditas de color verde amarillento muy vivo. Para la polinización suele depender de un díptero.
El fruto es una pequeña cápsula dehiscente de unos 5mm que se abre de forma explosiva al generar las 3 semillas de unos 3mm en su interior.
El término Euphorbia proviene del nombre de una lechetrezna de los montes de Mauritania que parece hacer referencia al nombre médico del rey Juba II de Mauritania.
El epíteto latino serrata se refiere a la forma aserrada que describen sus hojas.
Tradicionalmente se ha utilizado su látex para conseguir el cuajo de leche con el que confeccionar queso. Aunque debido a su toxicidad, pese a que la cantidad necesaria en ese proceso no es relevante, suele preferirse utilizar las flores de alcachofa o cardo.
Actualmente es valorada por su uso ornamental, debido a su resistencia a la sequía, su forma peculiar y su facilidad para crecer en suelos ligeros.