Las hipocistos o meleras, emergen como pequeños volcanes, quebrando la tierra, en rojo vivo y amarillo. Extrañas y llamativas, forman sus tallos cortos cubiertos de escamas carnosas, ajenas en apariencia al mismo medio verde del que hacen uso para alimentarse y reproducirse.
La hipocisto o melera es una planta sin clorofila de la familia de las Cytinaceae que parasita las jaras de flor blanca, obteniendo de sus raíces el alimento necesario para vivir. Tiene tallos floríferos, glabros o con pubescencia glandulosa, de 10mm de diámetro en base, 20mm en ápice y entre 3-10cm de altura.
Crece en pinares, maquias, garrigas y zonas sombreadas, junto a las jaras de flor blanca de las que se alimentan.
Las hojas de 5x10mm son carnosas, oblongas u ovaladas, densas, superpuestas parcialmente (imbricadas), obtusas, aplanadas con ápice dividido en tiras finas (fimbriadas) con apariencia de maza.
De marzo a junio muestran sus flores amarillas en grupos de 3 a 20 unidades por inflorescencia. Las masculinas con el tubo bruscamente estrechado bajo los lóbulos. Las femeniinas con perianto de 12-15mm. Las brácteas son casi iguales que las flores.
El fruto, de entre 5 a 7mm de diámetro, contiene numerosas semillas (0,1-0,2mm) de forma elipsoidal.
Pero si hay algo verdaderamente curioso de la melera es su forma de reproducirse que evidencia aquella urdimbre o red vital de la que hablaba Humboldt, que resonaba ya en las creencias de culturas anteriores y que se presenta como una evidencia de la interconexión de todo cuanto hay en la naturaleza. Y es que la hipocisto es polinizada mediante hormigas; seres que tendemos a identificar como nocivos para las plantas.
El término latino Cytinus proviene del griego y hace referencia a una parte de la flor del granado.
El epíteto hipocistis hace referencia a la cercanía de la planta respecto al cisto o jara (especie del género Cistus de la que se alimenta la hipocisto o melera).
Tradicionalmente se ha utilizado la hipocisto para tratar la disentería y los tumores de garganta. Además, presenta propiedades astringentes, antidiarréicas y emenagogas.
Al apretar sus flores se obtiene un líquido dulzón de sabor similar a la miel, muy apreciado por los niños y por el cual recibe el nombre común de melera o chupamieles.