El observador
Las ocho décadas le acompañaban bien. Notaba la tensión de las arrugas en los ojos, de afilar la vista para exprimir el mundo. Siempre en su silla, bajo el mismo porche, con las botas apoyadas en la baranda. Atento, impasible, ajeno, lejano, firme como capitán de barco; pasara lo que pasara, aunque llovieran balas. Por […]