Balas: La última bala
Las guerras indias ya habían terminado. Nos encontramos con uno de esos grupos rebeldes que no apreciaban el magnífico cercado que el gobierno les daba. Mordían con ganas y llegó el momento de hacer lo que toca con la última bala; mas no fui capaz de matarme. Golpeé en la sién a uno de los […]
Balas: Junsen
Estaba cansado, llevaba más de ocho horas sin parar de cabalgar, le dolía todo el cuerpo pero no podía detenerse; no ahora, cuando estaba a punto de llegar. Toma resuello. Entre la bruma de su propio vaho pueden distinguirse las luces lejanas del campamento, al otro lado de las líneas enemigas. Cierra con fuerza los […]
Balas: Kurt y Beauregard
Mirada en calma, riendas tensas y caballos a galope tendido con el carro dando bandazos tras cada curva. —”Es una tontería de nada y se cobra muy bien…” No puede ser, te dije. “Sí, sí; la señora vino con esa vajilla del este cuando tenía 19 años, y la tiene en muy alta estima.” Ya, […]
Balas: Fire
Pensaba que Tincher cumpliría su palabra. Podría haber calado fuego al pueblo entero, llenado de plomo a todo el que huyera y haberse sentado sobre las cenizas a echarse un trago. Pero ya no era así; se había propuesto vivir a la suya y el tal Tincher era el único que podía venderle la calma. […]
Balas: Tom Powder
-Muy bien, ahora estese quieto. El hombre posaba con gesto hosco, apoyado en su rifle junto al coloso lanudo de 3m de largo, metro y medio de altura y más de una tonelada de peso. -Haremos una más; coja la lengua. -¡Déjese de chorradas! -¡Caballero, es usted un héroe! Queremos que en el este sepan […]
Balas: Extracciones
Apoyaba un pie en la clavícula mientras se sostenía sobre la silla con el otro. Una mano presionaba la frente de la víctima; la otra, las tenazas. —¡Demonios, quédese quieto!, ¡que así no puedo trabajar! Palanqueó, sudó y blasfemó mientras los gritos no cesaban; hasta que al final salió. —¿Ya eftá, doftor? —dijo el pobre […]
Balas: Mae y Tim
Estaban bajo el porche: manos sobre barandilla y ojos en el horizonte. —Fue poco antes de que muriera. Yo le cuidaba y me contó por qué las balas no podían dañarle. —Pero si tú empezaste a trabajar para el ejército en el 83… Media sonrisa apareció en su rostro. —Vale, olvida a Caballo Loco. Lo […]