Hermanos
—Llevaba tres días caminando sin comer ni beber, buscando mi senda. Recibía la maraña de espinas del estómago con el orgullo de quien sabe que cuanto mayor sea el combate, más grande será la recompensa. Hacía tiempo que mi cuerpo se había rendido; tumbado en el suelo con la mirada perdida en las estrellas; era […]