Áridos

Pensaba que no echaría de menos aquel lugar: el polvo seco, el cielo endemoniadamente azul y el espacio inabarcable bajo un sol abrasador. Mil demonios se lleven esa sensación, pero lo cierto es que allí no echa en falta las luces, las lámparas de araña, la música ni el gentío de la ciudad. A uno […]