Al pie del camino, desafiando el suelo seco y pedregoso, astas de verde azulado enarbolan las ristras de oro en flor de la retama de olor.
Se trata de un arbusto perenne de la familia de las Fabaceae con tallos numerosos y ramificados de más de 5cm de espesor.
Crece en bordes de caminos, en suelos soleados, secos y pedregosos hasta alcanzar los 2,5m.
Tiene hojas pequeñas alternas y angostas, de 3,5cm de largo y 5mm de ancho con márgenes enteros. Pese a que es caducifolia puede continuar realizando la fotosíntesis gracias a la clorofila existente en sus ramas; esto le permite conservar mayor cantidad de agua y le confiere una mayor resistencia a la sequía y aridez del suelo.
De marzo a junio surgen sus flores en racimos de entre 5 y 28 ejemplares a lo largo de los tallos. Son amarillas, unilabiadas, glabrescentes y muy olorosas.
Hacia final de verano salen los frutos en forma de vaina de semillas de entre 4 y 8cm de longitud, de 6 a 8mm de ancho y de 2 a 3mm de espesor que maduran en color marrón.
El término Spartium proviene del griego y hace referencia a varias plantas productoras de fibras textiles y empleadas para hacer ataduras.
El epíteto latino junceum hace referencia a similitudes con la morfología del junco.
Se utiliza como fibra para trenzar. También para atar las vides. Como seto, dada su rusticidad y alta resistencia a la sequía y al clima árido. Y también como saborizante y por las propiedades de su aceite esencial; así como tela, colorante y se utilizan sus ramas para confeccionar escobas. Pero si en algo beneficia al terreno que la acoge es en que, como todas las fabáceas, fija nitrógeno al suelo enriqueciéndolo.