¿Qué haces?
Si existe una pregunta que representa al Rol, es esa. La primera que escuchas una vez creado el personaje; la primera que cuesta responder porque supone el paso de estar dentro en lugar de fuera.
Al hablar de Rol siempre piensas en el rodar de dados, en ese sí o no que dura hasta que todo se posa y que deja claro que te importa lo que pase sobre la mesa. Pero la verdad es que la inmersión inicial, el primer chapuzón: el bautismo de juego, llega justo al responder ese “¿qué haces?”. Algo dentro de ti cede a la voluntad de juego, al pacto ficcional, y de alguna manera queda atrás el “pero qué hago aquí”, para admitir que formarás parte de lo que vaya a venir.
Y es que cuando ya la has liado, una vez cruzada la frontera, con la maquinaria en marcha, no es que entres en la historia… es que formas parte de ella.
Así que por mucho que te resistas, ten en cuenta que al responder a la invocación, al asumir que eres el personaje, al aceptar que lo que digas pasa, ya estarás jugando y cualquier juicio externo habrá quedado atrás. A partir de ese instante, ya no queda nada por hacer.
Tan solo:
Rolea y disfrutA.