Recordaba las puntas de los tipis bajo las copas de los árboles; en aquella tierra lejana, frondosa y extrañamente fértil.
La del salmón contra el río.
La del ciervo, el lobo y el oso.
La del águila en el cielo.
La de sus hermanos contando historias junto al fuego:
Sobre cómo nacieron el sol y la luna.
Cómo hendió la tierra la primera pezuña.
Cómo surgieron los primeros frutos.
Y la forma en que llegaron ellos allí.
Recordaba mucho de aquellos días, pero lo más presente, lo que seguía marcado a fuego en la memoria mientras miraba el horizonte abierto y llano, eran aquellas puntas de los tipis bajo las copas arbóreas, conectando dos mundos antaño extraños.