Los roleros solemos tener una serie de hábitos adquiridos a fuerza de rodar dados a lo largo de años, o meses, o días (estas cosas se cogen pronto). Y no, no me refiero a la superstición dádica, los rituales funerarios ni la metamorfosis en urraca; en realidad me refiero a ese trabajo previo al tiempo de juego.
Un Evocador crea personajes, objetos, paisajes, escenas y tramas que luego hilvanará junto a las decisiones de los jugadores, haciendo partícipe a estos del proceso creativo. Improvisa y, como los buenos bardos, tiene una retahíla de fragmentos en recámara, dispuestos a ser disparados cuando sea necesario con los debidos cambios. Pueden estar escritos o memorizados, pero el arte aquí radica en saber desenfundar y disparar donde toca, teniendo en cuenta toda la balasera que haya alrededor.
Un jugador, especialmente aquellos que miman a sus personajes, busca información, genera historias previas, vínculos con otros personajes (jugadores o no), da vida y color a compañeros y equipo y devora datos que puedan ofrecer más cuerpo a ese ente imaginario, más aun si es temático.
Y es que no es dificil encontrar en este mundillo a gente que empezó a devorar libros a partir de ir tirando dados; libros a los que antes (en ámbitos más obligados) no supo encontrarles interès.
Cómo decía el señor de la Mirandolla, se trata de varios puentes que, cruzando el mismo río, llevan al mismo sitio; con la diferencia de que cada uno escoge aquel que por tamaño, pinta, material o manía, mejor le va. Y así, visto desde el filtro adecuado, lo que nos parecía un tostón, se transforma en algo no solo curioso, sino apasionante.
Digo esto mientras garabateo una bala de lugar o emplazamiento, ahora mismo para los ratones, pero que sin duda valdá para otros con el debido cambio, y me vienen a la mente aquellas palabras de Theodor Adorno:
“Hacer música, escuchar música, leer con toda mi atención, estas actividades son parte y parcela de mi vida. Llamarlas hobbies sería burlarme de ellas.”
Un hábito generado por decisión propia, se queda: para estos u otros menesteres. Y al final de la gran partida son habilidades que ganaste y subiste, simplemente pasando un buen rato.
Así que, querid@ Evocador@, sea para preparar tus partidas como Primus Inter pares o para darle vidilla a tu ys, Guardián, investigador, narizón o pj en general como jugador, qué te parece asomarse a esos tochos infumables que cogen polvo en la estantería… solo para atrapar lo que te interese, lo que valga la pena… para colocar algo más sobre la mesa de juego.