Hoy me viene a la mente mi taller, lleno de las virutas del último intento, y un café.
Hoy no traigo buró ni tinta; pero a la vez pienso en lo mismo.
Se trata de observar, de inspirar y crear; de buscar soluciones; de inventos, locuras, intentos y errores.
Hoy convoco ese pensamiento unitario que reúne todos los caminos en un mismo sentido.
Hoy recuerdo que los pasos dados avanzan en diferentes planos con el mismo beneficiario.
Hoy las armas se cargan, la experiencia es para el que escribe y veo en el entorno resiliente el mejor solaz y descanso.
Porque se aprende de lo bueno porque motiva, de lo malo para seguir adelante y, también, si se hace con ganas, de lo cotidiano.