Acabo de vaciar el último cartucho de “A lo lejos” de Hernán Díaz y tras los segundos que pide el cerebro para reflexionar, me viene el regusto espaguetero de lo cruel, lo violento y lo extraño.
Es la historia de Håkan, un sueco que viaja a Estados Unidos y desembarca, por error, en una California donde todos están dispuestos a poner la tierra patas arriba por un poco de oro.
Su viaje es inverso y alienante: de oeste a este, con distinta lengua y la extrañeza del otro como principal compañera.
Es un western de supervivencia en un océano de tierra hostil donde ocasionalmente emerge alguna que otra isla a la que acogerse y donde él acaba siendo el único con quién contar para poder seguir adelante.