
Este verano estuve al otro lado de los pirineos, en el Bearne francés. Caminé entre verde húmedo y seco, bajo lluvia suave y persistente, adentrándome en bosques cubiertos y repletos.

El primer paso: la frontera colosal alfombrada en verde.

Tras el paso titánico, aparecen de la mano: plantas y humedad, salpicadas de casas con cielos de pizarra gris, mientras pequeñas gotas se posan en la cara, refrescando, entre las nubes, en un lento remojar.

Sol y lluvia, zarzas y musgo, castaños, hiedras y hayas… pero sobretodo: robles, grandes y fuertes, que extienden sus ramas cubriendo el camino.

No deja de ser curioso cómo cambia, cómo huele distinta la humedad de aroma liviano, comparada con el olor a tierra húmeda arresinada de casa.

Y, sin embargo, pese a lo sutil del ambiente, se hace intenso, intrincado y presente el laberinto de troncos, raíces, ramas y hojas.

En un entramado que ofrece varias capas, texturas y profundidad: un cuadro en el que puedo entrar y perderme: donde, observando debidamente, no dejo de ver algo nuevo: una hoja, un animal, un rayo de luz, columnas al alza abrazadas en hiedra o las hojas lobulosas del Roble que tapa firme, con el espacio hojaldrado de sus hojas, la lluvia tenue.

Cada paso muestra algo. Paro, me detengo y, con tal solo girarme, hay otro punto, otro curso de arroyo fresco y cristalino, otra vista: un nuevo rincón por explorar.

Y justo cuando creo que tengo el sitio aprendido, cuando creo que comprendo cómo crece todo, cómo discurre, late y a qué responde… entonces sale el sol, vuela una enorme bandada de cigüeñas, se calienta el aire y comprendes de dónde surgen los amarillos, ocres y los tonos pajizos de los campos de cultivo que se extienden por todos lados allanando, peinando el terreno, dejando los árboles en el horizonte.

Y al final regreso con la sensación de haber estado en otro lugar y un poco aquí. Con el goce del fresco durante el calor estival y la calidez intensa de un sol que sé que me espera en casa, bañando el canto de la chicharra, invocando el aroma intenso y ligeramente amargo de las plantas silvestres y aromáticas.
