Entre las púas de la impenetrable zarza o las lanzas de la caña, crecen los tallos sinuosos y las hojas sagitadas de la correhuela mayor o campaneta blanca, tocadas por el blanco de sus campanas.
Se trata de una hierba glabra que por estas tierras puede alcanzar hasta los 2m de altura, con rizoma subcarnoso y rastrero con tallos trepadores y volubles que contienen un látex blanco en su interior.
Sus hojas miden 7x3cm y son alternas, enteras, con peciolos de unos 4cm y sagitadas con las aurículas (apéndices que surgen de la base del limbo) truncadas.
De mayo a septiembre brotan sus flores solitarias con corola de 5 pétalos blancos, de 3 a 5cm de longitud y anteras de 4 a 6mm. El cáliz lo forman 5 sépalos libres cubiertos por 2 bractéolas foliáceas estrechas.
El fruto es una cápsula subglobulosa que contiene 4 semillas.
El término Calystegia proviene del griego kalyx (cáliz) y stego (cubrir o defender), en referencia a las 2 brácteas que envuelven el cáliz de la flor.
El epíteto latino sepium significa: creciendo en setos o usado como cobertura.
La correhuela mayor es tóxica y no se recomienda su uso, ya que es bastante complejo administrar la dosificación correcta para evitar efectos adversos. No obstante, tiene propiedades purgantes, laxantes, colegogas, coleréticas, diuréticas y febrífugas.
Justamente por su toxicidad se ha utilizado en algunos momentos como planta alucinógena.