Entre los campos y herbazales alzan los llicsós los tallos con sus características hojas tronchadas y los rayos amarillos de sus flores.
La cerraja, cerrajón o llicsó es una planta herbácea, anual o bienal, de la familia de las Asteraceae. Sus tallos son erectos, huecos y longitudinalmente surcados, normalmente glabros que suelen presentar una coloración rojiza y que al cortarlos desprenden una leche blanquecina. Tiene una raíz vertical de hasta 2,3cm de diámetro.
Crece en herbazales nitrófilos y en campos de cultivo.
Las hojas basales crecen en roseta, lobuladas muy divididas, a veces con segmentos orientados hacia abajo con el terminal triangular más grande que el resto. Las caulinares, sin peciolo, abrazan el tallo con formas variadas: aurículas agudas, con el margen dentado y recorrido por pequeñas espinas.
Florece durante todo el año en flores liguladas agrupadas en capítulos glabros de base ensanchada, en inflorescencias que contienen de entre 100 a 200 flores, hermafroditas, de un tono amarillo-verdoso por capítulo.
Su fruto es un aquenio de color pardo y con 3 costillas longitudinales de cada lado, coronadas por un vilano.
El término Sonchus proviene del griego sónkos y hace referencia al nombre que obtenían ya en la antigüedad dichas plantas.
El epíteto oleraceus proviene del latín olus que significa hortaliza o verdura.
El uso principal de la cerraja, cerrajón o llicsó es el alimenticio. Sus hojas, cuando están tiernas, se pueden consumir en ensalada o como verdura, también se comen fritas o en arroz caldoso. Sus tallos, debidamente pelados, pueden comerse cocidos, sus flores en ensalada y con su raíz tostada se produce un sustitutivo del café.
Además el llicsó presenta propiedades diuréticas, depurativas, aperitivas, digestivas, laxantes, colagogas, emenagogas, refrescantes y galactógenas.